Mensaje de Alejandro Finzi en el Día Internacional del Teatro
Nuestro amigo y dramaturgo, Alejandro Finzi, fue comisionado este año por el Instituto Argentino del ITI, para escribir el Mensaje Nacional del Día del Teatro, en Argentina, desde Neuquén, su lugar de residencia permanente, nos envía el mensaje que este día se leyó en la Sala María Guerrero y que tenemos el gusto de compartir con ustedes.
MENSAJE DESDE LA PATAGONIA EN EL DIA MUNDIAL DEL TEATRO
¿En qué consiste la
fuerza, la persistencia, la tenacidad, el entusiasmo, la motivación, el
reanimarse y continuar que nos reúne en la escena? ¿En qué consiste este
milagro? Nuestro quehacer en el
escenario, la plaza pública, el patio de las escuelas, la parada malabarista del
semáforo, las trincheras, es, con cada ensayo, como los primeros pasos que da
un niño por la vida.
En nuestros parajes, pueblos y ciudades del sur
estamos siempre, con nuestro oficio, comenzando a caminar, tomados de la mano
del público, descubriendo un sendero que no sabemos, a ciencia cierta, adónde
nos lleva. En eso consiste, por los cuatro puntos cardinales, el oficio del teatrista: repartir un cachito
de belleza, ese instante que cruza el
escenario y que nos ilumina fugazmente.
Ese gesto que el
oficio nos permite dar a los demás,
revela la materia de la que estamos hechos. ¿Por eso es que los teatristas no
encuentran apoyo necesario en el Estado?
¿Porque el teatro es un bien cultural que nos pertenece a todos por igual, sin
distinción ni diferencias? ¿Por eso es? Nuestra labor es precaria, se nutre de
resistencia y de convicciones. Somos profesionales porque estudiamos siempre,
exploramos soluciones y buscamos, en los
bolsillos flacos, la alegría imprescindible para el día siguiente.
El teatro es
peligroso. Nos hace reir. Nos hace reir, de puro llanto, también, y nos dice
que cada cual es un hondo misterio. Por eso será que nos arrastra en el
torbellino de nuestra memoria, personal y colectiva.
Por eso será, pues, que el teatro es la manera que
tiene la historia humana de tomar conciencia de sí misma.
Para concluir, me
atrevo a contarles una anécdota:
Era por 1994.
Estábamos con "Rio Vivo", en Neuquén, haciendo la primera temporada
de "Chaneton", la historia del primer mártir del periodismo argentino
del siglo XX. Un día, voy caminando yendo para la función, y un chico, cuidador
y lavacoches en la cuadra de la sala, me hace una pregunta.
El diálogo fue el
siguiente:
"-Don, ¿usted es
el hombre del teatro?
-Sí , muchacho, ¿qué
necesitás?
-¿No me dejaría ver
la obra?
-¡Claro que sí, vení
cuando quieras!"
Y el muchacho fue
a una función de sábado, se sentó en la última fila y presenció el
espectáculo.
Días después lo
encuentro sentado en el cordón de la vereda, frente a la entrada de la
sala. Tenía un libro entre las manos:
"-Hola. ¿Qué
estás haciendo?
-Leo. Ahora que vi la
obra quiero aprender.”
Muchas gracias.¡ Que
viva el teatro!
Alejandro Finzi
Autor teatral
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